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En 2012, en los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) se encontró que uno de cada 88 niños tenían autismo. Dos años más tarde, en marzo de 2014, había aumentado casi un 30% este número. Ahora, uno de cada 68 niños estadounidenses tiene autismo. El diagnóstico es mucho más común en los varones (uno en 42-de uno de cada 54 en 2012) que las niñas (uno en 189). Si esta tendencia continúa, en algún momento, la mayoría de los niños tengan autismo.

Un pediatra, dos científicos y un padre exploran los factores ambientales que pueden empeorar la enfermedad en niños con autismo y lo que puede reducir la severidad del desorden. Aportan algunas pautas que tras realizar en estudio creen que son relevantes para la salud ya no solo de niños con autismo sino para la salud del ser humano en general.